El salvado de trigo se convierte en bioplástico usado para hacer platos y cubiertos ecológicos, en un procedimiento que no usa aditivos, requiere poca agua y es una respuesta ante la grave crisis de los residuos plásticos.
Jerzy Wysocki, agricultor y molinero polaco, se encontraba con un exceso de salvado cada vez que molía trigo. Después de varios experimentos, mezcló el salvado con agua, lo calentó y presurizó. El resultado fue un material resistente que puede ser utilizado como vajilla descartable y lo que es aún mejor, puede compostarse.